Hoy quiero hacer mención sobre la situación política de Costa Rica con respecto a la aprobación de la agenda del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.
Es despreciable la posición del Partido Acción Ciudadana (PAC) de utilizar técnicas deplorables para trabar la gestión de los proyectos de ley que darán implementación al tratado. El PAC se ha inmiscuido en una actitud que es anti-constitucional y un claro irrespeto a la voluntad del pueblo costarricense que ya se pronunció a favor del tratado.
Bajo la teoría moderna del estado, la soberanía de la nación descansa en los ciudadanos, y estos, por razones de escala poblacional, la han depositado en sus representantes, que vienen a ser ustedes, los diputados de la asamblea legislativa. Así lo indican claramente los artículos 2, 3 y 4 de nuestra Constitución Política. Esto quiere decir que ustedes no son más que intermediarios, portadores del sentir del pueblo que los ha elegido y toda desviación de esa visión es traición a ese pueblo, como claramente lo expone el texto constitucional. Este principio tiene además otra consecuencia: cuando el pueblo ejerce directamente su soberanía, ustedes los diputados han sido suplantados por el pueblo, y no les queda espacio para ejercer su voluntad personal, sino que deben someterse indiscutiblemente a la decisión de la nación. Por este argumento sólo es que su posición ante el tratado es una burla directa al marco constitucional del país y por ende, un irrespeto a la soberanía absoluta del pueblo.
Es importante recordarle al PAC que la cantidad de diputados que tiene en la asamblea legislativa es consecuencia de la gran cantidad de votos que obtuvo su candidato presidencial Ottón Solís, pero no porque el pueblo lo apreciara como potencial presidente. La mayoría de los votos que obtuvo Solís fueron de ciudadanos que protestaron por la manipulación que hizo Oscar Arias de la Sala Constitucional y que le permitió ser candidato. Esto significa que políticamente, el PAC es un partido débil, pues el apoyo a sus personeros y su ideología es mucho menor de lo que imaginan.
Pero fuera de los argumentos jurídicos con que fácilmente se demuestra la falsedad en el actuar del PAC, hablemos por un momento de un tema caliente en Latinoamérica. La posición del PAC es consecuencia de la actitud soberbia y ebria en ego de su líder Ottón Solís, quien derrotado en el referéndum, no acepta que el pueblo considera que se ha equivocado. Por esto, se ha enfrascado en una discusión político-ideológica. La verdad es que el partido no piensa en el crecimiento económico del país, sino en defender sus ideales perdedores. El tratado es una pieza clave de inserción de la ínfima economía costarricense en un mundo que, nos guste o no, ya está globalizado. Y mientras perdemos tiempo, países como la China comunista, Irlanda y Polonia, entre otros, ya han logrado índices de crecimiento económico y reducción de la pobreza admirables. Desde su apertura económica, China ha sacado a 250 millones de personas de la pobreza. Irlanda, en 12 años, ha pasado de ser uno de los países más pobres de Europa, a tener un PIB por cápita de 32mil dólares (2.66 veces el de Costa Rica). Polonia, hasta hace poco un pobre país del ex-bloque soviético, aumentó la inversión extranjera en un 100% entre finales de los 90 y el 2004 y el fenómeno de crecimiento económico no es ajeno a los demás países de Europa del Este.
¿Por qué? La respuesta es sencilla. Mientras nuestros países se hunden en un círculo de pobreza, desempleo y delincuencia, estos otros países han tomado a la globalización con los brazos abiertos, haciéndolos cada vez más Investor Friendly, incorporándose a mercados multinacionales (como China en Asia y los países de Europa del Este con la Unión Europea, o México con el NAFTA). Porque no importa cuál es la ideología gobernante (el comunismo en China o el recién estrenado capitalismo en el Este de Europa), lo importante es una visión generalizada de hacer a los países cada vez más competitivos para atraer inversión extranjera.
Al Sr. Solís y sus sirvientes, un mensaje claro: en lugar de irrespetar al pueblo costarricense, de alejarnos cada vez más de la inserción en la economía mundial, y de enfrascarse en un debate ideológico-populista inútil, dediquen el tiempo a pensar en cómo hacer de este país un músculo de competitividad y eficiencia, que atraiga a los inversionistas extranjeros, y que nos ayude a progresar en un contexto mundial que se torna cada vez más competitivo y exigente.
1 comment:
Muy bien, Luis Carlos, me parece que hay que tomar posición en la vida. Este comentario es eso precisamente, tomar posición. Pero además, muy bien fundamentada. Felicitaciones.
Federico Malavassi
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